

EN GANADERÍA, TAMBIÉN TENEMOS LA PRECISA
07/oct/2009
El INTA está desarrollando un sistema de trazabilidad bovina, basado en el monitoreo satelital permanente de los animales mediante un collar GPS. Esta herramienta de “ganadería de precisión” permitirá agregar valor a la producción y mejorar aspectos nutricionales y sanitarios.
“El objetivo primario es desarrollar un sistema de trazabilidad que pueda aplicarse en la producción de ganado bovino. Está basado en un collar con un GPS que permite monitorear el movimiento de los animales las 24 horas”, explicó Martín Irurueta, referente del INTA en el proyecto de Seguimiento y Localización de la Producción Agrícola (OTAG, por sus siglas en inglés).
La innovación, financiada por la Unión Europea, también permite correlacionar el movimiento de los vacunos con el uso de los recursos naturales, el agua, los recursos forrajeros y facilitará el seguimiento preciso de cómo se utilizan estos recursos.
“La participación en este proyecto es un mandato institucional, plasmado en el plan estratégico del INTA. Hay que trabajar para que esta innovación esté presente en todos los circuitos productivos”, remarcó Amadeo Nicora, vicepresidente del INTA, en un encuentro realizado entre el 28 y el 30 de septiembre en la EEA Balcarce.
Durante tres días, especialistas del CEMAGREF y CIRAD (Francia), la EMBRAPA (Brasil), la Universidad de Laval (Canadá), y del INTA y el PROCISUR (Cono Sur) realizaron un balance de la primera etapa del Proyecto OTAG y avanzaron en los lineamientos de la segunda fase. Es que “a la comunidad científica tecnológica de Europa le interesa cooperar con los países a los que ellos les compran”, explicó Emilio Ruz, secretario ejecutivo de PROCISUR.
“Hoy los mercados no sólo demandan un producto de calidad, sino conocer el ciclo productivo en pos de la inocuidad de los alimentos”, amplió Daniel Rearte, coordinador del programa Carnes del INTA.
Grandes beneficios
En esa reunión también se analizaron los resultados del trabajo emprendido con bovinos en Campo Grande (Brasil) y se ultimaron detalles para la puesta en práctica del sistema que monitoreará los animales de Balcarce.
Las posibilidades que abre esta innovación son muy amplias: “Podemos identificar los lugares de las pasturas que más fueron consumidas por los animales, qué toros fueron más eficaces desde el punto de vista reproductivo, y también tiene un importante componente epidemiológico”.
En este sentido, Irurueta explicó que “la idea es discutir con la gente de los Servicios Sanitarios de la región las potenciales utilidades del sistema, porque el seguimiento nos permite saber con exactitud qué animales estuvieron en contacto. En el caso de aparición de un brote de alguna enfermedad, como la aftosa, uno va a conocer cuál es el animal que originó el brote y con qué otros animales estuvo”.
Este dato no es menor a la hora de aplicar el llamado rifle sanitario, al minimizar la cantidad de hacienda sacrificada, circunscribiendo la acción a aquellos bovinos que compartieron la zona buffer.
En este sentido, Emiliano Gräve, a cargo del sistema nacional de identificación del ganado bovino del Senasa, destacó que la identificación individual del animal y conocer la posición geográfica, “sumado al conocimiento de la georeferenciación, nos va a cerrar el circuito de trazabilidad individual del animal”.
“Al Senasa le permite una mejor vigilancia epidemiológica del rodeo nacional y nos podría marcar posibles estados de alertas sanitarios”, agregó Gräve.
¿Cómo funciona?
El sistema consta de collares con GPS incorporado y una estación base que, cada vez que el animal pasa a una determinada distancia, captura la información retenida en el collar acerca de su movimiento.
“Hoy estamos visualizándolo como una herramienta aplicada a la investigación y en unos años se podrá aplicar en zonas de fronteras calientes o en la producción, reemplazando a las caravanas. No sabemos cómo puede evolucionar esta tecnología”, reconoció Irurueta.
Precisamente, la proyección de futuras acciones y aplicaciones del sistema originaron el debate de la segunda fase del Proyecto OTAG.
“Los desafíos de OTAG 2 serán incorporar el componente productivo y el componente socioeconómico, porque estas tecnologías deberían estar a disposición de todos los productores”, recalcó Nicora.
En sintonía, Pedro Paulo Pires, investigador del EMBRAPA, reconoció que “nosotros no podemos pensar en nada que no sea accesible para todos los productores, grandes y pequeños. En cinco años podemos pensar no en un collar, sino en una caravana que trabaja como esto y que tenga un precio razonable”.
El abaratamiento de este sistema para su uso masivo ya tiene sus primeras líneas trazadas y que incluyen la participación privada.
No obstante, “no va ser el productor el que pague por la patente, sino el fabricante del instrumento en cuestión”, advirtió Dominique Didelot, coordinador ejecutivo del proyecto por CEMAGREF, quien reiteró la necesidad de que la herramienta sea “confiable y a un precio realmente razonable”.
La fase II también apuntará a “trabajar en un futuro sello de diferenciación o denominación de origen, donde se incluyan las buenas prácticas y el concepto de bienestar animal, impulsados por Europa, de modo de agregarle valor a la producción y aspirar a un plus de precio”, anticipó el técnico del INTA Castelar.
Beneficios, en pocas líneas
● Minimización de los sacrificios ante aparición de enfermedades (conocimiento preciso de qué animales estuvieron en contacto).
● Optimización de la alimentación animal (por evaluación de preferencias de pasturas).
● Mejoramiento del rodeo por sondeo de la capacidad reproductiva de los toros.
● Conocimiento de la ganancia en kilos diaria (el sistema se complementa por la colocación de una balanza en una zona de paso obligado de los animales).
● Optimización del uso de los recursos naturales, el uso del agua y los recursos forrajeros
● Trazabilidad.
● Potencial obtención de un sello de calidad y mejora en el valor de los cortes.
● Evaluación del bienestar animal y aplicación de buenas prácticas en la ganadería.
Fuente: Prensa INTA