LA REALIDAD MARCA QUE LA HORA ES CRUCIAL, EL CAMPO ES ARTÍFICE DE SU PROPIO DESTINO
09/jul/2015
Las razones de la protesta son más que justificadas y, la convocatoria es un gran desafío; el éxito de la misma no es sólo responsabilidad de la máxima dirigencia, requiere también el compromiso de las líneas intermedias y la participación decidida de las bases. |
Por: Aldo Norberto Bonaveri
@AldoBonaveri
@PregonAgro
Cortando el letargo en el que estaba inmerso el campo, en los últimos días en diferentes puntos del país los productores volvieron a reunirse y movilizarse. Tal como ocurrió en los comienzos del primer mandato de Cristina Fernández, a menos de seis meses de su fin de ciclo, el sector que constituye la columna vertebral de la economía nacional retoma la protesta activa.
Como entonces, la indignación es el común denominador, independientemente de los escenarios disímiles; en el 2008 la pretensión gubernamental de aplicar retenciones móviles significaba la “gota que rebalsaba el vaso”, a las ya desproporcionadas alícuotas imperantes por derechos de exportación. Para todo ello, los valores internacionales de la producción agropecuaria proseguían la marcha ascendente iniciada en 2002, con el complemento de un tipo de cambio competitivo.
El contexto actual es mucho más perverso, las cotizaciones de granos y lácteos, (por citar dos producciones emblemáticas) han caído significativamente. Al respecto, cabe indicar que la soja cotiza en dólares un 45% menos que en diciembre de 2012, en tanto la leche en polvo un 50% por debajo del precio de abril de 2011.
No obstante el contraste, los factores externos no son los causantes principales del déficit que hoy afecta a la gran mayoría de las explotaciones agropecuarias. Los componentes fundamentales del deterioro del campo obedecen a políticas internas absurdas, tantas veces advertidas, como igualmente ignoradas por los responsables de implementarlas.
Las razones más gravitantes que repercuten negativamente en la falta de rentabilidad son atribuibles a: un tipo de cambio irracionalmente sobrevaluado, con el imperio de una inflación galopante, lo que a la postre se traduce en un encarecimiento en dólares de bienes e insumos y, por consiguiente el incremento desmedido de los costos internos. Si a ello lo agregamos el intervencionismo del Estado en los mercados mediante artilugios burocráticos (Cupos, roes, trabas a las exportaciones, etc.), más una carga tributaria confiscatoria (manteniendo intactas las exageradas retenciones, subidas con los pretextos de desacoplar los altos precios internacionales y defender la mesa de los argentinos) el cuadro de situación no tiene parangón.
Los inconvenientes trascienden al campo, las derivaciones impactan adversamente en la agroindustria, desequilibra la balanza comercial y, las implicancias se verifican en el interior que ve caer tanto su actividad económica, como en la pérdida en puestos de trabajo y cierre de establecimientos. Si ponemos la lupa en las economías regionales, no hay rubro que se salve del infortunio generalizado, con situaciones alarmantes, tales como fruticultura, vitivinicultura, olivicultores, etc.
La Mesa de Enlace maltrecha por quedarse en “tres patas”, tras las contradicciones y piruetas de Federación Agraria, bajo el lema "No maten al campo", mediante un comunicado conjunto rubricado por la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada “CONINAGRO”, Sociedad Rural Argentina “SRA” y Confederaciones Rurales Argentinas “CRA”, convocan a productores agropecuarios y a las comunidades del interior a una jornada nacional de protestas nacional, la que se llevará a cabo el 17 de julio, justo el día que se produce el 7° aniversario del límite que se le impuso a "la 125".
En los fundamentos de la convocatoria se destaca: “La altísima presión impositiva, la inflación, la política de precios sugeridos, la intervención de los mercados, los ROE y las retenciones, llevaron a una situación crítica de falta de competitividad. Todas estas cuestiones fueron agravadas por la política de aislamiento comercial con el resto del mundo, la falta de financiamiento, la ausencia de previsibilidad y la inseguridad que se profundizó en el interior del país.”
“Estas políticas nos vienen asfixiando, como también a todo el interior productivo, sobre todo a las economías regionales, importantes generadoras de empleo, ya que el 80% de las inversiones del campo se realizan en las comunidades cercanas.”
En el epílogo del comunicado subrayan que: El campo no quiere subsidios ni compensaciones, lo que reclama es rentabilidad. “El campo invierte en todo el país, la inversión significa empleo y arraigo en todas las provincias argentinas. En un mundo globalizado, para poder competir, necesitamos las mismas reglas de juego de nuestros competidores.”
El ex titular de FAA, Eduardo Buzzi en parte de prensa llama a la resistencia, por lo que implícitamente apoya a la protesta. En tanto el actual vicepresidente 1° de los federados, Ariel Toselli, en otro comunicado, tratando de hacer equilibrio sin adherir acota: "Nuestra entidad coincide con el diagnóstico que hicimos con las entidades colegas, acerca de la crisis que atraviesan los productores trigueros así como también las distintas economías regionales; y les transmitimos la necesidad de que la política agropecuaria diferencie entre los distintos actores, priorizando a pequeños y medianos productores. De hecho, hemos protagonizado una Jornada nacional de Protesta, y lo hemos reiterado al momento de anunciar que realizaríamos 16 asambleas la semana próxima".
Las razones de la protesta son más que justificadas y, la convocatoria es un gran desafío; el éxito de la misma no es sólo responsabilidad de la máxima dirigencia, requiere también el compromiso de las líneas intermedias y la participación decidida de las bases. La realidad marca que la hora es crucial, el campo es artífice de su propio destino.
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