

RECOMENDACIONES PARA GANADEROS ANTE LA PRESENCIA DE ENFERMEDADES POST SEQUÍA
15/jul/2009
En los últimos meses, técnicos del INTA Balcarce detectaron la presencia de dos enfermedades que afectan a la ganadería. Una de ellas, la hipomagnesemia, es la responsable de la mitad de las muertes por problemas metabólicos registradas en planteos de cría en la zona de Cuenca del Salado. Recomendaciones para minimizar pérdidas en el negocio y anticiparse a las próximas pariciones.
El Sudeste de la provincia de Buenos Aires fue escenario de los primeros casos registrados de hipomagnesemia en rumiantes, una de las principales causas de muerte en sistemas de cría en la Cuenca del Salado, y que este año se presentó en forma anticipada y en animales comúnmente inmunes.
La presencia de la enfermedad fue confirmada por el Servicio de Diagnóstico Veterinario Especializado (SDVE) del INTA, que también detectó 12 casos de hemoglobinuria bacilar.
La hipomagnesemia es una enfermedad de origen metabólico, también conocida como “tetania de los pastos” o “mal de los avenales”, producida por la falta de magnesio en el organismo. Extendida en todo el mundo, se caracteriza por presentarse en sistemas pastoriles de regiones templadas, entre animales que consumen pasturas implantadas y verdeos, que suelen tener menor concentración de ese mineral.
Se trata de un desorden influenciado por factores climáticos que afectan la relación suelo-planta-animal. Si bien hasta el momento se detectaron cuatro casos en el área de influencia del INTA Balcarce, es probable que aumenten, debido al inicio de la época de parición.
Aunque suele afectar los rodeos hacia finales de invierno -un período que coincide con los de periparto y lactancia y una alta tasa de crecimiento del pasto-, esta deficiencia, pudo haberse adelantado por la sequía prolongada que marcó el año. “Posiblemente, las últimas condiciones climáticas hayan predispuesto una menor captación de magnesio por parte de la planta o el exceso de algún otro mineral que interfiere en su absorción”, explicó Germán Cantón, médico veterinario del grupo de Sanidad Animal de esa unidad.
El técnico advirtió que este año la enfermedad mostró un comportamiento diferente al habitual debido a que “no sólo se presentó en animales adultos, que es lo más común, sino que tuvimos algunos casos en invernadas pastoriles, donde terneros y terneras básicamente consumían verdeos”.
En esta línea, Cantón explicó que “más de la mitad de las muertes de animales por problemas metabólicos se debe a la deficiencia de magnesio”.
• Recomendaciones
Lo principal es reconocer la enfermedad. Para esto basta con observar la sintomatología; aunque lo más común es hallar los animales muertos, suele haber signos previos. “Si uno recorre los rodeos donde hubo muertes por esta enfermedad puede observar animales que están nerviosos, agresivos, con temblores musculares, y esos generalmente terminan cayendo y mueren en pocas horas”, dijo Cantón.
También pueden encontrarse animales con salivación excesiva, ojos vidriosos, marcha tambaleante y caídas frecuentes. La claridad de estos signos permite que puedan hacerse diagnósticos sin necesidad de acudir al laboratorio.
Una vez confirmada la presencia de la hipomagnesemia, es necesario extremar la atención sobre los animales -especialmente cuando son gordos- y cuidar que no pierdan su condición corporal. En este sentido, el técnico recomendó “proveerle un poco más de materia seca, el alimento más fibroso, en vez de los verdeos y rollos, y si tiene la posibilidad, dar grano”.
Del mismo modo, los animales deberían recibir una suplementación oral de sales de magnesio -no se recomienda la inyectable- para compensar la falta de este mineral y evitar la presentación clínica de la enfermedad, que a pesar de su rápida actuación, da tiempo para esta medida.
Estos suplementos “no suelen ser de un gran costo”, dijo Cantón, para quien “en los campos donde es un problema, con mortandades elevadas, el análisis del costo-beneficio de la suplementación es plenamente favorable a la práctica”.
Los animales adultos, con elevadas exigencias de producción, están en mayor riesgo. Sin embargo, Cantón señaló que se presentaron casos en bovinos jóvenes en condiciones de engorde pastoril: “Esta categoría comúnmente no sufre hipomagnesemia, sin embargo no debe descartarse esta posibilidad”.
• Diarrea neonatal, agudizar el alerta
El técnico advirtió sobre otras implicancias posibles de la sequía en época de pariciones. “En estos años en que la hacienda está más hacinada hay que estar alertas de enfermedades como la diarrea neonatal. En estos casos, hay que tratar de evitar el hacinamiento durante la parición o tratar de ir sacando las vacas una vez que paren a un potrero diferente”, explicó Cantón.
También es recomendable cumplir con el calendario de vacunación, sobre todo en cuanto a las vacunas específicas que se dan durante el último mes de gestación, para prevenir este tipo de enfermedades.
“Sobre todo son cuestiones de manejo, lo cual es difícil porque en años tan particulares como este el productor a veces no tiene muchas opciones al hacinamiento”, reconoció el técnico.
• También hemoglobinuria
Por otra parte, el SDVE del INTA también detectó la presencia de otra enfermedad infecciosa en la misma región -principalmente en Olavarría, Las Flores y Rauch-, a partir de consultas elevadas por productores y veterinarios locales. En total, se detectaron 12 casos.
Se trata de la hemoglobinuria bacilar, producida por el parásito Clostridium haemolyticum (Cl. novyi tipo D), que afecta principalmente a bovinos y ovinos de muy buen estado corporal.
Según Cantón, las condiciones climáticas también pudieron haber influido en el desarrollo de esta enfermedad. “La forma de presentación de esta enfermedad es también la aparición de animales muertos, y previo a la muerte, una característica es que los animales afectados orinan sangre”, detalló Cantón. Además, los animales afectados parecen deprimidos, se apartan del rodeo, presentan fiebre alta e ictericia.
Ante la presencia de la enfermedad, debe intentarse el control inmediato mediante vacunación. Se sugiere, asimismo, incinerar a los animales muertos para evitar la propagación de la bacteria.
Informes: Prensa INTA, prensains@correo.inta.gov.ar, www.inta.gov.ar