El cura de la iglesia decía en su sermón: Queridos feligreses: ha llegado a mis oídos el rumor de que se ha instalado cerca de la iglesia una casa de esas, de mala reputación, donde trabajan mujeres de la vida. Pues bien, sepan que alguna de esas mujeres les puede contagiar una enfermedad venérea y luego, ustedes llegan a sus hogares y se la pasan a sus esposas... ¡Y ahí s que nos jodemos todos! |
La bobe estaba de lo más feliz y orgullosa con su nieto de cuatro años, Aroncito, que llevó de vacaciones al mar. Un lindo y soleado día se fue con él a la playa y se sentaron cerca de la orilla. Aarón embutido en un grueso sweater, embarrado de protector solar y con un sombrero. De repente, llegó una enorme ola que se llevó a la criatura. Con los nervios destrozados, la bobe comenzó aclamar, alzando los brazos al cielo: -Dios Mío: te lo pido. Esta criatura es mi vida entera. Por favor, te lo suplico, ¡devuélvemelo! Es tan chiquitito todavía. Yo te prometo que... Súbitamente, otra gran ola trajo de vuelta a la criatura dejándolo ileso sobre la arena, justo a los pies de su abuela. La bobe, viendo al niño a sus pies, levantando de nuevo los brazos al cielo, dijo: -¿Y el sombrerito?
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