Dos caballeros que se movían muy deprisa en el interior de un hipermercado con sus carritos de compras se chocan. Uno le dice al otro: - Perdóneme usted; es que busco a mi señora. - Que coincidencia, yo también. Ya estoy desesperado. - Bueno tal vez le pueda ayudar. ¿Cómo es su señora?. - Es alta, de pelo castaño claro, piernas bien torneadas, pechos firmes, una cola bien formada, en fin muy bonita… ¿y la suya?. - Olvídese de la mía, vamos a buscar la suya
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