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Imprimir esta páginaEnviar este artículo por E-mail, a un AmigoEl terrorista, el dictador y la plata
25/feb/2023

Por: Leandro Pablo Vivo

Mario Firmenich. Un minuto del pasado en el presente. De otrora jefe de ‘Montoneros’ a asesor de Ortega en Nicaragua.

Como si por un segundo el pasado de la Argentina de la violencia del ’70 nos alcanzara y volviese a la memoria de más de una generación que vivió aquellos años trágicos, en la antesala de la última dictadura militar, la figura de Mario Eduardo, quien en aquel lejano y convulsionado tiempo de la política de nuestro país, lideró la facción peronista armada ‘Montoneros’, cobra visibilidad tras una investigación periodística que reveló su labor como ‘asesor’ del régimen dictatorial que encabeza en Nicaragua el presidente Daniel Ortega.

En el camino a cumplirse 40 años de la recuperación de la democracia, cuya reconquista comenzó a transitarse con las elecciones del 30 de octubre de 1983 en las que Raúl Alfonsín resultó electo Presidente de la Nación y que comenzó a plasmarse casi dos meses después con su asunción el 10 de diciembre de ese año, la figura de Firmenich, para los más jóvenes puede ser algo difusa pero para la franja de la sociedad que en el presente transita los 55 años en adelante, está ligada a un tiempo oscuro para la Argentina, signado por la violencia política que emergía sin piedad desde el seno interno del peronismo en el poder.

A la reinstauración de la democracia, Firmenich –por entonces prófugo de la Justicia- fue detenido en Brasil y, tras su extradición, tanto como el resto de la cúpula de ‘Montoneros’, fue sometido a juicio bajo el imperio de todas las prerrogativas que confiere el estado de derecho. Recibió una condena de 30 años, pero sólo cumplió seis en prisión ya que fue beneficiado por el indultó que en 1989 dictó el entonces Presidente peronista, Carlos Menem, que favoreció a los otros ‘cabecillas’ de la organización Montoneros y las jerarcas militares de la última dictadura.

El portal Nicaragua Investiga, que dedica sus contenidos a la difusión de noticias y producciones de carácter histórico sobre Nicaragua y ‘Connectas’, una plataforma periodística de investigación en la región Latinoamericana, dieron cuenta del rol de Firmenich como ‘asesor presidencial’ dentro del esquema del régimen de la Presidencia de la República de Nicaragua y, según tales medios periodístico, el otrora jefe ‘Montonero’ percibía, por tal función, un salario mensual, al menos hasta setiembre del año pasado un salario mensual de algo más de 133 mil córdobas –equivalente a poco más de 3.700 dólares- lo que se estableció a partir de una filtración de la base de datos del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social.

Algunas crónicas periodísticas permiten establecer el derrotero de los últimos años de Firmenich y sus lazos con la dictadura nicaragüense. Por lo pronto, estuvo entre los ‘veedores’ de lo que, rigor, podían considerarse pseudo-elecciones presidenciales democráticas de ese país realizadas el 7 de de noviembre del 2021 y que sirvieron para convalidar la continuidad de Ortega en el poder por el período de cuatro años. Tales comicios “no cumplieron con ninguno de los elementos esenciales de la democracia”, advirtió en su momento un informe emitido por la Organización de los Estados Americanos. Tan sólo unos días después del intento de atentado a Cristina Fernández de Kirchner, ocurrido el 1 de setiembre de 2022, se conoció una nota de opinión de Firmenich, publicada por la Agencia Paco Urondo (APU), de claro sesgo periodístico kirchnerista, en el que el ex jefe de los Montoneros. “…la escala de la ‘grieta’ lleva a la proscripción política del ‘enemigo’ disfrazada de persecución penal…”, escribió en sintonía con las usinas oficialistas del kirchnerismo en cuanto a un supuesto intento de impedir que la vicepresidente sea candidata a algún cargo electivo en las próximas elecciones.

Desde que fue indultado por Menem, a Firmenich se lo ha hallado en distintos ámbitos y en más de una ocasión en encuentros pseudo-sociales y políticos. Pese a que desde fines de 1989, cuando en el entonces extinto Presidente le otorgó ‘el perdón’ y recuperó su libertad, en la memoria colectiva de una amplia franja de la sociedad ha quedado el ominoso recuerdo de la violencia que ejerció en su accionar la organización ‘Montoneros’ que decidió pasar a la clandestinidad en los albores de la década del ’70, más precisamente, poco después del discurso que el 1 de mayo de 1974, pronunció un iracundo Juan Domingo Perón, quien como Presidente hablaba desde los balcones de la Casa Rosada

Aquel día. Perón echó de la Plaza de Mayo a los ‘Montoneros’, a los que les dedicó la calificación de “estúpidos” pero también la de “imberbes” y bendijo la tan violenta acción que provenía desde los sectores de la derecha peronista que, por supuesto, confrontaba por la vía armada con la cúpula y la militancia de esa organización guerrillera que desafiaba al fundador del justicialismo. La Argentina se encaminaba a un ´baño de sangre’ en la puja intestina de poder del gobierno peronista.

La historia ha reflejado con creces el drama que atravesó la Argentina. Esa lucha enloquecida en la cima del poder del gobierno peronista entre organizaciones guerrilleras, la Triple A que estaba al comando del siniestro ministro de Bienestar Social, José López Rega, al compás de la debilidad de María Estela Martínez de Perón, investida con los atributos de Presidente, a la muerta de su esposo y líder del justicialismo, fueron el caldo de cultivo para que factores del poder económico y sectores del privilegio alentaran la irrupción en el poder de las Fuerzas Armadas, que ya contaban con el aval del gobierno constitucional –con los decretos de ‘aniquilamiento’ de la subversión- lo que se consumó con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. La República, perdida y Firmenich, como tantos otros, eran responsables del naufragio.

A sólo 3 días de asumir como Presidente, precisamente el 13 de diciembre de 1983, Alfonsín declaró “la necesidad de promover la prosecución penal con relación a hechos cometidos con posterioridad al 25 de mayo de 1973, contra distintas personas por actividades ilegales”. A través del decreto 158/83, dispuso: “Sométase a juicio sumario ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas a los integrantes de la Junta Militar que usurpó el gobierno de la Nación el 24 de marzo de 1976 y a los integrantes de las dos juntas militares subsiguientes, Teniente General Jorge R. Videla, Brigadier General Orlando R. Agosti, Almirante Emilio A. Massera, Teniente General Roberto E. Viola, Brigadier General Omar D. R. Graffigna, Almirante Armando J. Lambruschini, Teniente General Leopoldo F. Galtieri, Brigadier General Basilio Lami Dozo y Almirante Jorge I. Anaya”.

Alfonsín, casi en un mismo momento del martes 13 de diciembre, firmó el derecho 157/83 por el cual resolvió: “Declárase la necesidad de promover la persecución penal, con relación a los hechos cometidos con posterioridad al 25 de mayo de 1973”, contra Mario Eduardo Firmenich, Fernando Vaca Narvaja, Ricardo Armando Obregón Cano, Rodolfo Gabriel Galimberti, Roberto Cirilo Perdía, Héctor Pedro Pardo y Enrique Heraldo Gorriarán Merlo “por los delitos de homicidio, asociación ilícita, instigación pública a cometer delitos, apología del crimen y otros atentados contra el orden público, sin perjuicio de los demás delitos de los que resulten autores inmediatos o mediatos, instigadores o cómplices”.

Fue la Justicia que con independencia del poder político actuó para que los jerarcas militares y los “cabecillas” de las organizaciones armadas tuviesen dentro de las garantías constitucionales su derecho al ejercicio de la defensa en juicio y sobre ellos recayera la condena por los delitos que habían cometido. En definitiva, con aquellos decretos, se habilitaba a la Justicia a que con absoluta independencia del poder político estableciera responsabilidades sobre lo sucedido en ese execrable tiempo de la Argentina y a la vez quebraba la llamada absurda Teoría de los Dos Demonios y abría el camino hacia la Verdad y la Justicia. Eso hizo Alfonsín. Menem y el gobierno peronista perdonó a los dictadores y a los Montoneros como Firmenich que ahora asesora al dictador Ortega en Nicaragua.

Fuente: NUEVOS PAPELES










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