Javier Cuevas, responsable técnico del laboratorio de genética del CENSYRA. En el Banco Nacional de Germoplasma también desarrollan programas de mantenimiento para estas especies. En sus instalaciones almacenan embriones, cuentan con espacios acondicionados para la monta de animales y tienen vaginas artificiales para la recogida de esperma. Asimismo disponen de un centro de testaje en el que, gracias a un microchip que implantan a los animales durante cinco meses, monitorean la cantidad de comida que estos ingieren y la evolución de su peso para averiguar qué razas son las que mejor rendimiento cárnico tienen o cuáles necesitan menos pienso para su crecimiento. "Ahora mismo tenemos material genético de un total de 18 razas autóctonas en peligro de extinción. Producirlo cuesta mucho esfuerzo económico y personal. Hay muchas razas que son propiedad de los ganaderos, quienes muchas veces son reacios a dejar a sus animales para que les saquen semen en un sitio que conciben como lejano. Otros muchos viven en sitios muy rústicos con una renta baja, y les cuesta mucho dinero hacer esto", explica Cuevas. ¿Por qué conservar a las razas autóctonas en peligro de extinción? Santiago Moreno sostiene que "son muchos factores los que nos empujan a conservar razas con poco censo: uno es que están muy adaptadas a su medio, por lo que son las que mejor explotan las características geográficas de su zona; otra es que sus productos pueden tener una calidad muy especial; y por último porque no sabemos si esas razas tienen unos componentes genéticos muy beneficiosos que todavía no conocemos. Si se extinguen, estaríamos perdiendo una calidad genética insustituible". Para que los españoles aprecien sus productos, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha creado el logotipo 100% Raza Autóctona. Con él se pueden diferenciar los productos (carne, leche, jerseys...) que proceden de razas autóctonas puras, es decir, que no han sufrido ningún tipo de cruce para ser "mejoradas" genéticamente. Razas más productivas... ¿a qué precio? El activista-ecologista Florent Marcellesi, eurodiputado de Equo, lo tiene claro: "Las empresas privilegian la rentabilidad, la productividad y la mercantilización por encima de otros criterios tan importantes para el futuro de nuestros campos y de nuestra sociedad como pueden ser la biosiversidad genética o la conservación. Parte de esas grandes corporaciones están haciendo una selección genética que lo que hace principalmente es reducir la biodiversidad de razas, lo que se traduce en pan para hoy y hambre para mañana". Las razas autóctonas en peligro de extinción se crían prácticamente en régimen extensivo, de manera que contribuyen a la conservación del medioambiente. Sin embargo, la proliferación de macrogranjas en España -en algunos casos en espacios pertenecientes a la Red Natura 2000- es un hecho. Por ejemplo, las explotaciones pequeñas de porcino -que generalmente se dedican al cuidado de las razas autóctonas con poco censo- han sufrido una reducción del 45% en los últimos 11 años. "En paralelo, las explotaciones de mayor tamaño se han incrementado notablemente en este periodo, especialmente las más grandes, que han aumentado en más de un 42% en estos once años", reza el informe Indicadores económicos del sector porcino año 2017. Sin embargo los ganaderos locales necesitan llegar a fin de mes. Por eso, si las razas de ganado que cuidan no son muy productivas, terminan optando por las que sí lo son. De ahí que tantas de las razas autóctonas ganaderas en España se hayan abandonado y, por consiguiente, se encuentren en peligro. "La Política Agraria Común financia por hectáreas, por lo que las grandes superficies y los grandes terratenientes crecen mucho más que los que realmente trabajan y cuidan la tierra. Hay que conseguir que la remuneración de los pequeños ganaderos sea justa". ¿De qué razas nos alimentamos en España? De razas integradas, es decir, de aquellas que proceden del extranjero pero que llevan más de 20 años en España y se han adaptado plenamente a nuestro ecosistema. La clásica vaca blanca con manchas negras de los anuncios de leche pertenece a la raza frisona y no es asturiana, sino holandesa o alemana. Es frecuente el cruce de esta raza con machos que mejoren su carne. La raza charolesa (Francia) también tiene un papel predominante en el sector cárnico. En cuanto a la leche de oveja, la mayor parte de la producción procede de la raza assaf, procedente de Israel. En el ganado porcino, las granjas productoras no suelen usar razas puras, sino cruces entre Landcrace (Dinamarca) y Large White (Inglaterra). Estos son los nombres y apellidos de algunas de las razas autóctonas que corren peligro: ANDALUZA AZUL
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