

REEDICION - Raza Canina DOGO ARGENTINO
Son animales que fueron concebidos fundamentalmente para caza mayor, su creador tenía en mente enfrentar a pumas y jabalíes. Se trata de cazadores capaces de seguirles a sus presas el rastro a través de montañas, bosques, praderas o terrenos de arbustos. |
Por: Norberto Veribona Dola

Origen
Partiendo de perros de diferentes corrientes sanguíneas presentes en el país, tras diversos cruzamientos que le llevaron varios años, el Dr. Antonio Nores Martínez, (medalla de oro de medicina, escritor, idóneo en genética y en ciencia experimental), en 1947 tras considerar que su objetivo se encuentra estabilizado genéticamente, da a conocer su obra: la creación del Dogo Argentino.
Para su obtención experimento cruzamientos utilizando las razas: Dogo Alemán, Dogo de Burdeos, Pointers, Boxers, Bull Terriers, Bulldogs, Gran Danés, Irish Wolfhounds, y Mastines Españoles. La mayoría de estos destacados en arduas peleas.
La nueva raza canina fue concebida con la idea fija de lograr un perro apto para la caza de pumas. Desde el inicio de su experiencia Nores Martínez se auto impuso consignas ineludibles, el animal debía ser de tamaño mediano a grande, bravo, intrépido y que pudiera desplazarse sin inconveniente en zonas montañosas; asimismo debía ser de color blanco, para permitir su individualización en la vasta pampa argentina.
Características
Los perros Dogo Argentino son grandes, bien fornidos, fuertes y de color totalmente blanco. A la altura de la cruz los machos adultos fluctúan entre los 60 y 70 centímetros, en tanto las hembras van de los 60 a 65. Ellos registran pesos de 40 a 45 kilos y las perras de 40 a 43.
Su cabeza es grande con cráneo macizo; el hocico se aprecia levemente cóncavo, con labios finos que al morder y atrapar a la presa les posibilita continuar espirando sin soltarla. Los ojos son pardo, bien separados entre sí. Orejas medianas, levantadas y triangulares y erguidas en los ejemplares que se las recortan y colgantes cuando no. El cogote es musculoso, ligeramente arqueado y grueso. El pecho es ancho y profundo. La línea dorsal se advierte alta en los hombros declinando hacia la cadera. Sus patas son rectas, con muslos vigorosos, corvejones cortos, dedos unidos y cortos. Tienen una cola larga y gruesa.

El promedio de vida ronda los doce años.
Temperamento
La raza Dogo Argentino es de carácter fuerte, inteligente, leal, valiente y equilibrado, esmerado por complacer a su amo.
Esto hace que la raza sea ideal para el adiestramiento de obediencia además de para el adiestramiento para usos prácticos, como las tareas en casa o en la granja. De todas formas, existen unos pocos elementos que deben tenerse en cuenta cuando se lleva a cabo un programa de adiestramiento.
La relación con los niños es buena, en tanto con los otros perros suele mostrarse como dominante.
Son animales que fueron concebidos fundamentalmente para caza mayor, cabe recordar que su creador tenía en mente enfrentar a pumas y jabalíes. Se trata de cazadores capaces de seguirles a sus presas el rastro a través de montañas, bosques, praderas o terrenos de arbustos.
Empero no es pertinente encasillar al Dogo Argentino como un perro de caza más. La pródiga musculatura y su poderosa conformación le conceden a estos ejemplares no sólo gran fuerza, sino también una asombrosa agilidad, rapidez y resistencia. Considerando el tamaño de esta raza, la agilidad que posee es admirable y un dato distinguido de su capacidad atlética.
De igual manera resulta extraordinaria la velocidad que despliega, alcanzando su potencial en un santiamén. También corresponde destacar que tiene la potestad de correr con una gran resistencia y a un ritmo rápido y sostenido.
La raza Dogo Argentino reúne condiciones difícil de emular por otros canes, en cuanto a valentía, tenacidad e inteligencia. Cuando estos perros se concentran en un objetivo no cejan hasta concretarlo. Para ellos no son obstáculos insalvables escenarios escabrosos ni contingencias climáticas adversas. Soportan muy bien el dolor, que raramente acusan y, predispuestos a pelear hasta las últimas instancias.
Con lo mencionado no se agotan las aptitudes de los Dogo Argentino, así lo evidencian con que eficacia se hay desempeñado en búsquedas y rescate, auxiliares de la policía, tareas militares y hasta como perro de lazarillo, cuando para estas tareas han sido entrenados.
Bien criados, estos perros conviven bien con otros animales domésticos, ya sea en campos, granjas o ambientes urbanos. Tratándose de ejemplares puros o cruzados con razas mansas, difícilmente ataquen a seres humanos u otros animales domésticos. Claro está que debe mediar la adecuada educación y, siempre que no sea en defensa propia, de su amo o acciones que sean amenazantes para el territorio que controlan o la misión encomendada.
La educación debe responsable y consistente por parte del propietario, máxime que es un animal con mucha fuerza y resistencia al dolor.
El amo debe ser constante, paciente y tratar de socializarlo desde el primer día, exponiéndolo desde cachorro a diferentes situaciones con personas y otras mascotas. Un entrenamiento firme y consistente permitirá que no sea territorial y encauzará su fuerte instinto de proteger lo que es suyo. Es importante enseñarle a no atacar a otros perros y demás animales domésticos con los que debe ser capaz de convivir en armonía.
Es un vigilante nato poco ladrador y un buen compañero de juegos para niños mayores de doce años. Si bien tolera que le tiren de la cola, que se monten sobre él, o que lo empujen, eso no quiere decir que sea de su agrado. Resulta substancial ensañar a los niños a tratar a un perro tan fuerte este.
El Dogo Argentino es una raza muy sensible que no reacciona bien ante el trato severo por parte de su amo. Los castigos físicos, aparte del típico tirón del collar, son innecesarios y desaconsejables. Estos perros son muy receptivos al refuerzo positivo durante su adiestramiento y aprenden muy rápido si se les maneja de esta manera. Es importante efectuarle correcciones con buenos modales y constantes, el tono de voz debe ser severo lo cuando sea necesario.
Cabe indicar que por ser un animal muy inteligente, se aburre con facilidad con la repetición y con las tareas aparentemente inútiles. En virtud de ello las instrucciones de obediencia deben ser cortas e incorporarle con frecuencia nuevas tareas a desarrollar.
Es conveniente incluir en el adiestramiento juegos divertidos, que le mantengan en entusiasmo. Cualquier programa de instrucción debe contemplar abundante ejercicio, pues ello es necesario para su capacidad atlética y fornida musculatura.
Sin ninguna duda el Dogo Argentino tiene su hábitat ideal disponiendo de mucho espacio al aire libre, donde él pueda corretear. Dado su instinto innato para la caza, no es conveniente dejarlo suelto por el campo. Si se lo tiene atado en espacios amplios, deberían usarse correas largas, de aproximadamente 30 metros de longitud, para que pueda ejercitarse a voluntad.
Un dato significativo para señalar que es un animal de una sola familia. Una vez establezca lazos con una familia no reaccionará muy bien ante los cambios a este respecto. Si se le aparta de su entorno y se le aloja con otro propietario, padecerá una gran ansiedad y depresión. Aunque sobrevivirá a tal cambio, es probable el Dogo Argentino experimente muestre síntomas de estrés.
Salud
El Dogo Argentino, como la mayoría de perros blancos, es propenso a la sordera. Debido a su tamaño también puede verse afectado por la displasia de cadera.
Especialmente redactado para Pregón Agropecuario
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