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Ganadería Bovina
 
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Imprimir esta páginaEnviar este artículo por E-mail, a un AmigoLA COOPERACIÓN REGIONAL CREA VALOR
11/nov/2014

El desafío de los países ganaderos sudamericanos de liderar la oferta mundial de carne vacuna fue uno de los ejes centrales del seminario Mercosur y Asia en 2030. “Hay más oportunidades de sinergias que riesgos en la competencia”, dijo el ex presidente de Quickfood, Luis Bameule.

Por Liliana Rosenstein (*)

En 2013, China, incluyendo los ingresos vía Hong Kong y Vietnam, se convirtió en el primer importador mundial de carne bovina, una posición que mantendrá por varios años más de la mano del incremento del consumo interno y el estancamiento de la producción. Un dato clave es que hasta 2030 se espera que más de 200 millones de habitantes rurales migren y se incorporen a las clases medias urbanas, aumentando la demanda de carnes vacunas que deberán ser provistas mayormente por otros países.

En ese contexto, el programa de Agronegocios de la FAUBA organizó bajo la dirección del Ing. Agr. Fernando Vilella el Simposio Mercosur y Asia en 2030 para contribuir a generar relaciones estratégicas entre actores de los países productores de alimentos de la región con el fin de aprovechar las oportunidades.

“China tiene un consumo de 4 a 5 kilos de carne bovina por habitante, con lo que por cada kilo que aumente necesitaría 1.300.000 toneladas adicionales para abastecerse, lo que equivale a más del 10% del comercio mundial. Pero a pesar de su creciente importancia, no hay que perder de vista los otros destinos. El negocio de la carne requiere una óptima integración de la res y para maximizarlo hay que vender tanto a los mercados maduros como a los nuevos, de modo de colocar cada corte en el destino que mejor paga”, planteó Luis Bameule, ex presidente de Quickfood y miembro del Grupo de Productores del Sur (GPS) formado por empresarios y académicos de los países exportadores de alimentos del Mercosur.

La movida de la carne

El comercio internacional de carne vacuna se duplicó en los últimos 20 años pasando de 5 millones de toneladas res con hueso a casi 10 millones en 2014. “Lo más llamativo es que también se incrementaron bastante los precios FOB, sobre todo los del otrora llamado circuito aftósico, integrado por los países exportadores que hoy están libres de la enfermedad pero vacunan”, dijo.

Con respecto a las causas que llevaron a esta dinámica alcista, Bameule señaló que la década de 2000 fue “la de la irrupción de Rusia como principal importador mundial, hecho que se dio a partir de la caída del régimen soviético que implicó una drástica disminución de su stock bovino pero que no hizo perder el arraigado consumo de carne de su gente”.

Simultáneamente, la Unión Europea reformó su política agraria con lo cual dejó de contar con montañas de excedentes de producto subsidiado, que llegaban hasta el millón de toneladas, con las que cubrían holgadamente la demanda rusa y de otros mercados. En tanto, Oceanía había llegado a su techo productivo y el Nafta debió enfrentar las restricciones comerciales impuestas por la vaca loca.

De este modo, los clientes desabastecidos debieron buscar alternativas en el circuito aftósico, liderado por Brasil, que hasta 1990 era un importador neto y rápidamente se había convertido en uno de los primeros exportadores del mundo.

Así las cosas, en la actual década, cobró fuerza la demanda de la “zona China” continuando el rol que cumplió Rusia en la anterior: motor del fuerte salto en la ampliación del mercado mundial y nueva vuelta de tuerca en el cierre de la histórica brecha de precios entre países libres de aftosa con y sin vacunación.

“Entre 2004 y 2014, mientras el precio FOB en Brasil y en otros países sudamericanos creció más del 140%, en los Estados Unidos lo hizo en un 65% y en Australia en un 85%”, puntualizó Bameule.

Aún este año, cuando se produjo una caída de los precios de la mayoría de los commodities, las carnes siguieron su carrera subiendo el 9/10% tanto en Estados Unidos como Brasil. “Es una muy buena noticia ya que entre ambos exportadores abarcan a casi todas los mercados del mundo”, subrayó.

La importancia del Mercosur

Hoy, la región es la primera exportadora de carnes a nivel mundial y sus perspectivas de crecimiento van en línea con la posibilidad de mejorar la productividad de sus rodeos, que no alcanza a la mitad de las ganaderías más desarrolladas.

“Por ejemplo, Estados Unidos tiene una tasa de extracción del 38%, es decir que puede faenar anualmente ese porcentaje de su stock y éste seguirá teniendo la misma cantidad de cabezas. La Argentina está en el 24% y Paraguay, pese a que ha mejorado en los últimos años, está todavía por debajo. Esto significa que hay variables de trazo grueso como preñez, destete y edad y peso de faena que permitirían incrementar fuertemente la oferta”, aseguró Bameule.

Y reflexionó que “si con esta extracción tan baja el Mercosur ha logrado el 30% del comercio internacional qué sería si mejoráramos la eficiencia. En el GPS hemos hecho proyecciones a 2030 y si tuviéramos una política armonizada entre los países ganaderos se debería alcanzar al menos el 50% de las exportaciones mundiales”.

Trabajar en equipo

Para Bameule, el gran desafío es avanzar como aliados tanto en los mercados maduros como en Asia. “Por supuesto que existen competencias entre los países pero hay aspectos de mutuo interés en los que nos conviene trabajar en conjunto como la cuestión sanitaria y las negociaciones internacionales. Incluso, es necesario normalizar la información para que sea equivalente, facilitando la toma de decisiones”, explicó.

El empresario hizo hincapié en la importancia de los acuerdos de libre comercio para mejorar el acceso y ganar competitividad. “El Mercosur sólo firmó tratados con Israel y Jordania mientras que Chile, poniendo un ejemplo cercano, lo hizo con las principales potencias comerciales del mundo, Estados Unidos y la UE y, en Asia, con China, India, Japón, Malasia y Hong Kong.Menos mal que no son grandes competidores en materia de ganadería si no, nos estarían barriendo de todas partes”, advirtió.

Por último, Bameule resaltó la necesidad de hacer inversiones para posicionar las carnes en los mercados asiáticos. “Hay que apalancar a las empresas del Mercosur que estén en condiciones de vender a China, aprovechando que nuestra región es la única que cuenta con firmas globales y que están entre las primeras del mundo, lo que sin dudas es una gran fortaleza. Además, hay que buscar agresivamente acuerdos comerciales y promocionar nuestros productos, tal como lo hicieron EE.UU. y Australia, que desarrollaron nichos para sus carnes donde no existía hábito de consumo”, subrayó.

Al cierre del simposio, Vilella se refirió a cómo debería prepararse la Argentina ante el incremento de la demanda de alimentos de Asia: “puede significar un cambio en el paradigma de las exportaciones, dejando atrás el foco puesto sólo en la soja para pasar a vender carnes de distintas especies. El agregado de valor debería ser una política de Estado”, concluyó.

(*) Editora de Valor Carne

Fuente: VALOR CARNE

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