

La ganadería de Sudamérica frente al metano
31/jul/2022

La adopción de medidas para reducir emisiones de metano en ganadería, en línea con los compromisos derivados de la última cumbre climática, no constituye por ahora un objetivo central para América del Sur.
Por ahora es un propósito incipiente, que incluye planes gubernamentales de corto alcance, algunos estudios de campo e investigaciones que aún están en su etapa inicial.
Si bien en varios sectores persiste la idea de que se trata de una actividad neutra en materia ambiental, existe un amplio consenso científico que dice que la ganadería es una de las principales generadoras de metano a nivel mundial.
Las emisiones del ganado, provenientes del estiércol y de liberaciones gastroentéricas, producen aproximadamente 32% de las emisiones de metano causadas por el hombre. En los países con mayor predominancia del sector primario, ese porcentaje puede ser muy superior.
Por estar entre los 15 principales productores mundiales de ganado vacuno, Brasil, Argentina y Uruguay tienen, con sus particularidades, un papel relevante en el cumplimiento de las metas de la última Conferencia de las Partes (COP26) sobre cambio climático de las Naciones Unidas, celebrada en Glasgow en noviembre de 2021, en donde hubo acuerdo para reducir un 30% las emisiones de metano para 2030.
A pesar de que los tres países son firmantes del mencionado pacto, el panorama es complejo y resta mucho camino por recorrer.
La reducción del metano es un compromiso global, que no tiene metas específicas para cada país.
Los especialistas reconocen que el sector agropecuario es responsable “de 48% de las emisiones de metano en la región”, pero la realidad del rubro es “muy diversa” y no existe “una bala de plata que resuelva por sí sola el problema del metano”.
Aunque es hasta 80 veces más potente que el dióxido de carbono, el metano tiene una vida significativamente más corta en la atmósfera —alrededor de 12 años—, por lo que la eliminación del gas puede lograr rápidos avances en el objetivo de limitar el calentamiento global.
A pesar de la resistencia de algunos dirigentes políticos y del sector privado, Brasil, Argentina y Uruguay están empezando a tomar medidas para reducir sus emisiones de metano.
Prueba del incipiente cambio de paradigma es la reciente realización del foro “Metano en Ganadería: El Camino hacia la Neutralidad Climática”, que tuvo lugar en San Pablo a principios de mayo, organizado por la alimenticia JBS.
Una de las innovaciones incorporadas en Brasil recientemente fue la aprobación comercial de un aditivo alimentario reductor de metano, fabricado por la química europea DSM. Según reportó oficialmente la compañía, un ensayo realizado en la Universidad Estatal Paulista entre 2016 y 2017 registró una reducción de hasta un 55% en las emisiones de metano entérico con su uso en la carne vacuna.
Cualquier opción requiere una inversión que no resulta sencilla para la estructura de un pequeño y mediano productor, perfil dominante en la región.
Antes que reducir las emisiones totales, en lo que trabajan mayormente estos países es en desacoplar los niveles de producción con el impacto ambiental.
El objetivo es mejorar la eficiencia para bajar la intensidad de las emisiones. Dicho en otras palabras: reducir las toneladas de gas de efecto invernadero por kilo de carne producida.
Una investigación reciente indicó que a través del manejo del rodeo (por ejemplo, aumentando el porcentaje de destete) podrían reducirse un 10% la intensidad de las emisiones.
Otro estudio —realizado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina— halló una reducción del 25% de las emisiones de metano por kilogramo, para un grupo de animales alimentados con un suplemento invernal de maíz.
La ganadería de Sudamérica enfrenta el desafío de reducir las emisiones de metano. El camino aún es incipiente.
Fuente: EL DIARIO de la República