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Editoriales y Columnas
 
Imprimir esta páginaEnviar este artículo por E-mail, a un AmigoResulta que de un día para otro estamos haciendo todo mal
28/jun/2019

No me gusta pensar en teorías conspirativas, pero viendo todo en su conjunto no puedo más que rendirme ante la evidencia.


Ing. Agr. Daniel Carlos Besso

Estamos asistiendo a una ola de "REVISIONES" de toda aplicación de tecnología en las producciones animales y vegetales, viene ocurriendo desde hace algún tiempo, impulsada a mi juicio, por gente de escaso nivel de experiencia práctica, real, en las actividades a las que se cuestiona.

Hasta diría que parece una campaña orquestada para disminuir la producción de alimentos.

Hay ataques dirigidos a la biotecnología y a la ingeniería genética.

Personas y a veces instituciones (las instituciones están representadas por personas, lógicamente), tratan de peligrosas a las variedades obtenidas por modificación de sus genomas al introducírseles características ventajosas, que mejoran o aumentan la producción. Lo hacen sin haber participado jamás de un mejoramiento y sin tener idea de cómo se replican los ácidos nucleicos en la reproducción celular.

Personalmente creo que cuando se ataca un procedimiento o una tecnología desde la ignorancia pueden ocurrir por diversas causas:

El ser humano teme a aquello que no conoce. Sentimiento instintivo que está arraigado en la memoria de la especie como una aptitud de supervivencia. Esto es comprensible, pero insuficiente para justificar el impedimento de usar nuevas tecnologías.

Por intereses económicos debido a la incapacidad de competir con sus medios, con las nuevas tecnologías.

Mala fe y/o algún interés político o de facción, a veces explicitado y a veces, no.

Otro de los ataques que sufre la producción agropecuaria, es sobre el uso de los productos para los controles FITOSANITARIOS, a cuyos productos, se los denomina con un neologismo semiológicamente peyorativo como “AGROTÓXICOS”.

Si bien los productos que se usan en terapéutica vegetal y animal, no son yogurt de frutilla para comerlos con cucharita o tomarlos como leche chocolatada, como decía Paracelso: Al veneno lo hace la dosis. Resultando que muchos de ellos son habilitados para su uso doméstico a dosis y concentraciones hasta 50 veces mayores de las que se usan en producción agropecuaria.

Son los casos de los aerosoles domésticos para matar moscas y mosquitos. Para matar cucarachas, tan luego en ámbitos como la cocina.

Las tabletas de cartón que se colocan en la noche, para matar mosquitos, en las habitaciones.

Los piojicidas que se usan sobre las cabezas de los niños, a dosis 10 veces superiores a las que se usan en el medio rural.

Nadie se rehúsa a utilizar estos productos, pues nos hacen la vida más cómoda, sin dudas. Pero también lo usan con libertad y profusión, aquellos que se suman a lkas campañas tendenciosas y mendaces de “pueblos fumigados”.

Bienestar animal : otra escusa, otro flanco de ataque.

Al mismo tiempo, se generan leyes y disposiciones sobre bienestar animal, hechas por gente que no acredita conocimientos académicos y en especial EMPÍRICOS, del metabolismo de cada especie.

Un caso paradigmático es el de la producción de huevo para consumo.

Cuando la producción se lleva a cabo con las aves en jaula, muchas personas sienten empatía con las aves, ANTROPOFORMIZÁNDOLAS, pues creen que están presas.

Como siempre y en toda producción hay una manera de hacer las cosas bien y otras no tanto.

La puesta del huevo depende de un delicado proceso neuro hormonal, que debe producirse en sintonía, de otro modo, las aves bajan mucho su producción, en caso de incomodidad, displacer, temor, stress, mala alimentación, insuficiente acceso a agua fresca en cantidad y calidad, temperatura ambiental,etc.

El ave tiene estímulos ambientales como la duración del día (horas de luz) y teniendo una correcta y completa nutrición, va produciendo la maduración de yemas en su ovario. Ovula al romperse el folículo y la yema más madura, cae en la trompa. Luego de unas horas en el tránsito hasta la puesta, ese huevo se completa con las claras, chalazas, membranas alantoidea y amniótica. Finalmente se completa con la creación de la cáscara o “corion”. Llegado a este punto, el acto de “parición” de ese huevo, depende de la hormona correspondiente: la OCITOCINA, hormona del parto, de la lactación y del/os orgasmos.

El displacer, la ansiedad, el susto o cualquier causa que atente contra la secreción de esta hormona (por ejemplo la adrenalina), detendrá ese proceso de parto. Generando una baja en la producción.

No hace falta ser muy perspicaz para entender el productor pretende tener las aves en el modo más cómodo y satisfactorio posible. Creer lo contrario es lisa y llanamente estúpido (mínimamente)

Un amigo del medio productivo, productor avícola durante 40 años, destacado médico veterinario, el Dr. Isidro Molfese, me confesó que en un congreso Hemisférico, expuso estas razones científicas, para explicar lo que acabo de comentar; le dijeron aceptando que la razón lo asistía: "todos tenemos derecho a vivir" ....

Vale decir, que no son sentimientos de misericordia hacia los animales lo que mueve a muchos, sino conservar sus QUINTITAS en estado “productivo”.

Creo que en el caso de la Inocuidad Alimentaria, ocurren cosas semejantes.

Durante décadas, se acusó al huevo como responsable del aumento de la colesterolemia. Finalmente, comprendieron que le estaban “errando como ciego al mate”.

Del mismo modo acusaron a la avicultura, de usar hormonas anabólicas en la alimentación de pollos. Hasta que algunos asesores nos pusimos firmes y amenazamos con demandas millonarias si no eran capaces de probar semejante infundio. (EL MIEDO NO ES SONSO)

¿O talvez se pretenda establecer industrias de alimentos estériles y al vacío?

No se puede comercializar leche natural de tambo, cruda como antiguamente. Siendo que en Europa poseen dispensadores de leche fría cruda, directamente de tambo. ¿A qué interés resulta funcional este tipo de restricciones?

Vemos que se ensayan proyectos de ley, que penalizarán a productores (introduciendo modificaciones en el código penal), juzgando sobre modos de producción en función de unas normas sobre Bienestar Animal, que serán dictadas desde vaya uno a saber qué criterios. ¿Serán profesionales con acreditada experiencia práctica en el medio los que dictaran esas normas?¿ O serán burócratas con diplomas, los que mostrando abultados antecedentes de cursos y participación en congresos nos indicarán como “ILUMINATI”, COMO SE DEBEN HACER LAS COSAS?

Todos los profesionales adscriptos a la producción, sabemos, tenemos asumido, que la mayor y mejor producción de lo que sea,…de lo que se trate, sea producción animal o vegetal, se logra generando las condiciones más confortables, más favorables a la especie en cuestión. Verdad de Perogrullo.

Esto es tan obvio, para quienes hemos trabajado DIRECTAMENTE en la producción, que nos resultó siempre innecesario aclararlo. Es que es nuestro oficio, nuestra ciencia y nuestro arte.

Me da la sensación,…íntimamente tengo el convencimiento, que quienes se dedican a generar este tipo de reglamentaciones, caen en la puerilidad de necesitar aclararlo, puesto que nunca han trabajado verdaderamente en el medio al que pretenden reglamentar.

En una oportunidad, una diputada dijo: “lo obvio no necesita ser demostrado”.

Llegamos al delirio, que se prohibió el uso, comercialización, acopio y transporte de Glifosato, en toda la provincia de Chubut.

Acaso si necesitan ese producto en Santa Cruz, deberá llegar vía aérea o marítima.

Decididamente un delirio.

Si acaso perdieran un juicio por lucro cesante,... ¿quién se haría cargo de las indemnizaciones?,….¿el señor juez?

A todos aquellos que dicen sentirse interesados en estos temas, en especial a los abogados litigantes,… ¿porque estudiaron abogacía?,… debieron seguir Derecho,… derecho por Avenida San Martín hasta llegar a Zamudio. E ingresar a la facultad para estudiar INGENIERÍA AGRONÓMICA.

Pudiera estar sucediéndoles que se les haya despertado una vocación oculta.

Pues bienvenidos sean, que vengan a sumarse a los que “empujamos el carro”, somos pocos y necesitamos ayuda.

Todavía están a tiempo. El nuestro es un país generoso, en el cual se pueden estudiar estas carreras de ciencias aplicadas, que son gratuitas. En otros países son muy caras. Son muy costosas para el estado.

Vienen extranjeros para aprovechar esta ventaja invalorable.

Pues bien, anótense, estudien con esmero y esfuerzo. Talvez al cabo de 6 años egresen con el título bajo el brazo. Procuren una pasantía en alguna empresa privada, que se dedique a estos menesteres y luego de 5 o 6 añitos más, seguramente tendrán los conocimientos para, por lo menos tener una idea más clara.

Por último, como profesional de las ciencias agrarias, que se nos califique de: Poco menos que “envenenadores de la humanidad”, me resulta GRATUITAMENTE OFENSIVO.

Todos tenemos a nuestras familias viviendo en este país, comiendo los alimentos y vistiéndose con las fibras que producimos.

Una parte de la sociedad, se dedica a producir los bienes y servicios que todos consumimos en forma confiada.

Nos sometemos a los servicios de salud que nos brindan los sistemas de salud, confiamos que ellos harán lo mejor que saben y pueden.

Tomamos los medicamentos que la industria farmacéutica produce para aliviar nuestros males.

Subimos a los medios de transporte, a los aviones, confiando en que aquellos que ponen en movimiento todo eso, también hacen lo mejor que saben y pueden.

No se nos ocurre pensar mal en aquellos que “producen” aquello que consumimos.

Sabemos que siempre se producen diferencias de criterios en las industrias, en los servicios. Para ello los profesionales de cada medio, discuten y proponen mejoras.

El nuestro no es una excepción, también tenemos congresos en los que se discuten procedimientos y medios. A veces se introducen mejoras, otras no tanto; pero así y hasta ahora, la humanidad, casi duplicó la expectativa de vida en los últimos 200 años.

Se me hace que aquellos que son proclives a poner en duda el trabajo productivo de ésta parte de la sociedad, son aquellos que pertenecen a la otra parte, que en general no genera nada.

Si los ataques son tantos y tan variados, si tienen como factor común que son impulsados por personas o instituciones que lo hacen sin acreditar pruebas técnico científicas relevantes, si no demuestran fehacientemente experiencia válida en cantidad y calidad sobre cada producción que se cuestiona; no me queda otra alternativa que pensar que por alguna razón, persiguen otra cosa.,…..Como que vienen con el cuchillo abajo el poncho.

Si se abandonaran de un día para otro, el uso de todas las tecnologías y prácticas habituales, la producción de alimentos caería estrepitosamente.

¿No será, acaso que haya a quien le interese llevarnos otra vez a las condiciones de hambruna de otras épocas?

¿Habrá alguien o álguienes a quienes maquiavélicamente, no les interese el sufrimiento de la gente? Alguien que crea que el fin justifica los medios? Alguien que considere como “daño aceptable” ese sufrimiento, con tal de imponer una ideología?

Sabemos que mediante la tecnología, la humanidad viene revirtiendo la sentencia de Malthus, disminuyendo el abismo entre necesidades y ofertas alimentarias y no desconocemos que el hambre provoca DESCONTENTOS SOCIALES y que dichos descontentos son una "FUERZA DE CHOQUE" políticamente importante.

Sabemos que no se gestan revoluciones “a panza llena”.

No me gusta pensar en teorías conspirativas, pero viendo todo en su conjunto no puedo más que rendirme ante la evidencia.













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