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Editoriales y Columnas
 
Imprimir esta páginaEnviar este artículo por E-mail, a un AmigoMEDICINA PREPAGA Y PÁNICO A NO CAPTAR O PERDER VOTOS
17/may/2011

El derecho a la salud, es como los derechos a la educación y seguridad ciudadana; son prioridad del Estado y el gobierno debe respetarlos.

Por: Pedro Álvarez Bustos (*)

“No hay médico para el miedo”
Proverbio escosés.

El derecho a la salud obliga al Estado a generar condiciones conforme las cuales todos los habitantes puedan vivir lo mas saludablemente posible. Debe adoptar medidas de diversa índole dirigidas a satisfacer la salud en todo sentido. El derecho a la salud no se reduce solamente a estar sano, habida cuenta que implica también acceder a trabajos saludables, alimentación buena y nutritiva, vivienda confortable y, lógicamente, servicios de salud de excelencia y eficientes. Está estrechamente vinculado a la existencia humana.

Es un derecho fundamental a la vida y a vivir con dignidad. Derecho cuya pertenencia corresponde a los 40 millones de habitantes, en nuestra Argentina, de los cuales un 60% (24 millones) están incluidos en el sector no público (Obras Sociales y Prepagas) y el otro 40% (l6 millones) están en la salud pública.

La presencia del Estado se debe efectivizar a través de prevención de adiciones, servicios de clínica médica hasta prácticas de alta complejidad, vacunaciones masivas, obligatorias, gratuitas y preventivas, dentro de las cuales es inadmisible que -por ejemplo- hasta el día de hoy no se haya incluido una de las enfermedades mas antiguas como la varicela y solo ante la aparición del virus se vacune al grupo familiar, a efectos de evitar que sea vehículo de infección para otras personas.

La garantía constitucional del derecho a la salud la debe dar obligatoriamente el Estado. Obras Sociales y Prepagas, deben ser alternativas.

Para la Organización Mundial de la Salud es un derecho que hace a “un estado de completo bienestar físico, mental y social”.

Obras Sociales

Atienden obligatoriamente la salud de todos los trabajadores que en relación de dependencia prestan servicios tanto en el ámbito privado, como en el espacio público de los poderes del Estado, organismos autárquicos y descentralizados, empresas y sociedades del Estado, etcétera.

Asimismo los grupos familiares de las categorías indicadas precedentemente y los que conviven con el afiliado titular y reciben ostensiblemente trato familiar.

PAMI

El PAMI (1971/2011), a través de cuarenta años y su slogan: “Por una Argentina con Mayores Integrados”, se ha convertido en una realidad. Es la Obra Social más grande de Latinoamérica con más de 4,5 millones de afiliados.

Gozan los jubilados y pensionados de la totalidad de tratamientos, medicación gratuita y en un ciento por ciento para más de 1 millón de personas afiliadas. Similar cobertura para remedios y drogas de HIV, cáncer, etcétera. Son enfermedades conocidas como catastróficas y el sistema de provisión de medicinas señalado está en vigencia desde hace un tiempo considerable y no desde que habló la Presidente, hace pocas horas, el 16/05/11.

Medicina prepaga

Cuando aparecieron las prepagas, como organizaciones prestadoras de servicios de salud, fue una solución para muchos productores rurales que carecían de cobertura médica y farmacéutica.

Autónomos, empresarios, productores agropecuarios, profesionales, trabajadores en relación de dependencia pero que no están encuadrados en convenios colectivos de trabajo, encontraron un camino para ir solucionando el problema de una mejor atención de su salud.

El resultado ha venido siendo exitoso y quizá, sea por ello que, se pretende modificarlo (!!!).

Se camina el surco de la vida sembrando consejos políticos como semillas de jarabes, drogas o bálsamos medicamentosos para todos, los afiliados, porque se teme que a la hora de la cosecha ya puedan haber desaparecido las prepagas, no por la acción climatológica o natural, sino por el quehacer del hombre. Se discrepa con todos los diputados nacionales, sin distinción de sector, que sancionaron -en los primeros días de mayo- la nueva ley que regula la medicina prepaga. Unos con acción y otros con omisión.

La nueva ley

Fue aprobada en Diputados el 27 de agosto de 2008. Girada al Senado fue cajoneada durante dos años y vuelta en revisión resultó ahora sancionada.

Estuvieron de acuerdo con el texto los legisladores del Frente para la Victoria, sus aliados de Nuevo Encuentro, el Movimiento Popular Neuquino, Concertación Forja y el Frente Cívico de Santiago, los opositores del Peronismo Federal, la UCR, Proyecto Sur, Partido Socialista y el GEM. Los bloques del PRO, la Coalición Cívica y un diputado por Santa Fe (Demócrata Progresista), se abstuvieron. En síntesis, 190 votos por la afirmativa, ninguno negativo y 29 abstenciones.

Merece puntualizarce que quienes se abstuvieran y algunos de los que votaron positivamente, expresaron que no es una ley “del todo completa”, manifestando discrepancias con diferentes preceptos normativos e incluso el titular de la bancada radical dijo que con la ley “se está perdiendo de vista que el derecho a la salud recae en el Estado y los segmentos mas pobres dependen de eso y no van a una prepaga”.

La nueva ley afecta a 4,5 millones de ciudadanas y ciudadanos, usuarios o afiliados, excluye de las obligaciones a cooperativas y mutuales, asociaciones civiles y fundaciones, y a las Obras Sociales Sindicales que venden planes por fuera del sistema de seguridad social.

En síntesis, si la nueva ley de prepagas no produce una mejora en el sistema de salud en su conjunto, habida cuenta que “es necesario regular el sistema público de salud en todas sus formas, pero poniendo el foco en los beneficios sobe el paciente y no en una empresa, un sindicato o funcionarios. . .”, como lo expresara una legisladora, solo cabe arribar a la conclusión que se votó en la forma detallada ut supra solo por temor a no captar o perder votos en los próximos actos eleccionarios de este 2011.

Cláusulas funestas

El nuevo marco legal vigente deberá ahora ser reglamentado por el Poder Ejecutivo, en especial en lo que hace a enfermedades preexistentes, edad avanzada y periodos de carencia o espera, que no podrán merecer rechazo de admisión y determinación de fecha de inicio de prestaciones.

En su alocución, la Presidente de la Nación (16/05/11) pretendió llevar tranquilidad a las prepagas. Expresó que no había que tener temor; que al gobierno le interesaba, empresas que siguieran siendo rentables, que se fijarían cuotas diferenciales y, en consecuencia, si la persona no tiene medios económicos importantes no podrá ingresar, como tampoco ahora lo puede hacer. Entonces, para qué se promulgó la ley?

Es mucho mas simple, para evitar el problema de las “preexistentes”, edad y periodo de espera, que el Estado pague esos tratamientos a quienes carecen de una cobertura digna. Por otra parte, está obligado a ofrecer un servicio de excelencia. El derecho a la salud, es como los derechos a la educación y seguridad ciudadana; son prioridad del Estado y el gobierno debe respetarlos.

Se olvida que tanto el sistema de medicina prepaga, como el régimen de seguros, tienen una base filosófica similar.

Si se roba o choca un vehículo, no se puede ir con posterioridad a suscribir un seguro que cubra aquellos siniestros. Al daño preexistente no se lo puede incluir. Sería escandaloso hacerlo. Una cuestión sórdida.

¿Qué sentido tiene pagar una prepaga, si la ley da la posibilidad de contratarla en caso de contraerse una enfermedad, cuyo tratamiento demandaría un costo significativo?

La norma sancionada facilita el “voy y vengo”; “escapo y vuelvo”.

¿Por qué algunos afiliados “sanos” van a continuar pagando su cuota, para atender el tratamiento de los que padecen alguna enfermedad, si pueden desafiliarse, volver libremente y cualquiera fuera su edad, cuando su salud se quebrante; sin ningún tipo de espera o antigüedad?

Lo más probable es que las prepagas desaparezcan, no obstante las expresiones de nuestra Presidente y quienes han estado pagando, una especie de “seguro de salud”, deban recurrir a las obras sociales de los sindicatos o a los hospitales públicos que, en general y hasta ahora, no ofrecen mayor calidad.

Consectario

Cuando se ven en los entretiempos del “futbol para todos”, avisos que hablan de un camino al paraíso, se observa que el sendero “de salud” que se viene transitando no coincide con el de la excelencia que indica el GPS. Simplemente es una carretera desopilante.

Empero, ahora, se está pendiente de conocer el texto de la reglamentación que, sin duda, no podrá desvirtuar la esencia de la ley; pese a las palabras de la Presidente, por la cadena nacional. El colapso y fin de las prepagas está ya en el horizonte.

Si se quiere mejorar la salud de la población, a través de una verdadera política de Estado, no hay que destruir lo que funciona bien sino realizar una auténtica reforma, como sería el hacer obligatoria la contratación de un seguro de salud. En el caso de los trabajadores informales, debería ser pagado por el Estado. Este es el sistema que funciona con eficiencia en Holanda y el que Barack Obama está impulsando en Estados Unidos.

(*)Productor agropecuario de tercera generación, abogado y escritor.

pab@cpenet.com.ar          alvarezbustos@hotmail.com










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