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Imprimir esta páginaEnviar este artículo por E-mail, a un AmigoREEDICION – El cártamo pica en punta en Salta
22/feb/2011

La producción de cártamo creció en el norte del país, y los productores lo eligen como una alternativa por los bajos costos de producción y su rentabilidad. En la campaña pasada se sembraron 73.700 hectáreas.

Por: Esteban Fuentes

Si bien la producción de cártamo no está muy arraigada en nuestro país, cada vez con más los productores que se animan a adoptarlo como una alternativa de invierno, por sus bajos costos de inversión y por su rentabilidad.

Según estadísticas del ministerio de Agricultura de la Nación, en la campaña 2009/10 se sembraron 73.700 hectáreas -todo en la provincia de Salta-, con una producción total de 43.850 toneladas, destinadas a la producción de aceite que se extrae de las semillas.

En la campaña 2002/03, la superficie sembrada fue de 23 mil hectáreas, con un aumento del 219%. Agustín Calderoni, miembro de la entidad de Federsal -Federación de las Entidades Rurales Salteñas- y titular de CV y Asociados, explicó que una de las características del cártamo es que aprovecha bien la humedad del suelo en las zonas donde predomina el clima seco.

Para poder sembrar hay que tener por lo menos unos 50 a 60 centímetros del perfil del suelo húmedo, con la suficiente humedad como para que nazca la semilla, porque después del nacimiento, la planta adopta una estructura de roseta, bien pegada al piso y el consumo de agua es bajo.

Calderoni describió que “el cultivo es muy sensible a las heladas, sobre todo a las tardías, en septiembre u octubre, porque las semillas se hacen vanas y producen un grano muy liviano, por lo que el rendimiento baja considerablemente”.

Además desmitificó que el cártamo le saque humedad a los cultivos de verano. “Cuando hay sequía, hay menos rendimiento, pero con cualquier cultivo pasa exactamente lo mismo. El cártamo tiene una raíz muy gruesa y ésta explora mucho hacia abajo. El suelo se recupera muy bien con la humedad y se consume la misma cantidad de agua que un suelo desmalezado”, indicó Calderoni.

El promedio general de rinde es de 1.000 kilogramos por hectárea, pero si hay una lluvia en septiembre, los rindes pueden llegar a los 1.500 kilogramos por hectárea. La fecha de siembra es en mayo, para que, cuando el cultivo florezca, la época de heladas haya pasado y se cosecha en diciembre. “Es muy importante que los lotes queden limpios en el momento de la cosecha, todo lo que es cuerpo extraño es muy caro, igual que el girasol, es muy caro”, sostuvo.

Hay 2 tipos de cártamo que producen diferentes tipos de aceite. Uno es el oleico y el otro, el linoleico. “El aceite que produce el primero tiene características que le dan una estabilidad muy buena, pueden ser aceites que están mucho tiempo a muy alta temperatura y no se hacen rancios, los utilizan empresas grandes que hacen papas fritas”, señaló el miembro de Federsal.

Por su parte, el productor Edgard Ramírez hace 7 años que comenzó con esta actividad en las cercanías de Tartagal, Salta. “Empezamos como alternativa de hacer un cultivo invernal, ya que en esta zona no hay posibilidades de producir otro cultivo que sea rentable”, afirmó.

La temperatura media en el norte es elevada, lo que no favorece la producción de trigo. “La planta queda baja y no macolla, por lo que el rinde es muy bajo. Un año sembramos 100 hectárea para probar y obtuvimos 400 kilos por hectárea, no nos alcanzó ni para salvar los gastos”, desarrolló Ramírez.

En un comienzo, el productor sembró pocas hectáreas de cártamo para experimentar y aprender sobre el cultivo, pero, actualmente, siembra cerca de 1.600 hectáreas. “Lo que condiciona el área sembrada es la humedad. En estas zonas las precipitaciones son hasta abril y después no llueve hasta noviembre y diciembre, y sin humedad en el suelo, no se puede sembrar”, resaltó.

El productor arrienda casi 5 mil hectáreas en Tartagal, y le destina el 30% de la superficie. Con las demás hectáreas realiza cultivos de cobertura durante el invierno, para luego sembrar maíz y soja.

“La semilla es parecida a la de girasol, pero un poco más pequeña. No soporta mucha profundidad de siembra porque no tiene reserva para nacer. Se puede sembrar hasta los 3 o 4 centímetros, después no conviene arriesgar”, especificó Ramírez, y agregó que hicieron la prueba de producir cártamo en el sur de Santa Fe pero el ciclo del cultivo fue muy largo, floreció en enero y no pudieron hacer soja de segunda. En cuanto a la fecha de siembra, Ramírez informó que sembró la variedad oleica en los primeros días de mayo, a 52 centímetros entre surcos, tratando de tener una densidad de 40 a 45 mil plantas por hectárea, y se cosechó en los primeros días de diciembre.

“El cártamo es un cultivo muy accesible porque se provee de todos los nutrientes necesarios por la fertilización residual de la rotación. Y sólo realizamos un tratamiento de presiembra con glifosato para que el terreno quede limpio, y una aplicación del herbicida metzulfuron, una vez sembrado”, apuntó Ramírez.

El productor desarrolla en el campo una rotación que no es perfecta. “Partimos con soja de primera, luego a medida que se van desocupando los mismos sembramos cártamo, y después nos volcamos al maíz, para poder cargar el lote con humedad para el barbecho, ya que en esta zona se siembra en enero”, dijo. De todas maneras, no producen mucho maíz por los costos del flete. Y destacó que no hay diferencia de rinde en los cultivos de cosecha gruesa -soja y maíz- cuando los lotes vienen como antecesor con barbecho limpio o con cártamo, lo cual es uno de los motivos que continúan con la producción de este cultivo invernal.

El comercio del cártamo

El mercado de este cultivo es acotado porque el mismo depende de pocas empresas que comercializan el aceite, como Bunge, Cargill, Vicentín y Molinos Río de la Plata. Con respecto al precio, se toma como referencia la cotización del girasol. Y las bonificaciones por el aceite son también iguales.

“La bonificación por aceite se paga 2% del precio por cada punto por encima del 36% de aceite. De allí se desprende que para un precio bonificado como mínimo la semilla tiene que rendir un 36% de aceite”, resaltó Calderoni.

Por su parte, Ramírez describió que cuando cosechan el cártamo, lo deben vender inmediatamente o tener contrato con las empresas previamente, porque cuando en el NOA comienza la cosecha de girasol -enero-, las aceiteras prefieren este último aceite y luego es difícil poder comercializarlo.

Programa para mejorar la producción de aceite de cártamo

Agustín Calderoni, gerente de la firma CV y Asociados, hace varios años que lleva adelante un programa en el cual le provee de semillas a los productores con la venta de la producción garantizada.

Con el objetivo de mejorar la calidad de los aceites de cártamo, la firma CV y Asociados, junto a Caloil, Siedteg -ambas firmas de California, Estados Unidos- y BSA -Bonadeo Silber y Asociados- llevan adelante un programa de producción para que los productores siembren el cultivo con la garantía de su posterior comercialización. “Relevamos los datos desde que lo siembran hasta la cosecha”, indicó Agustín Calderoni, gerente de la firma y miembro de Federsal.

Este programa se lleva a cabo desde el año 2000, y cada vez son más los productores que se asocian al mismo. “Actualmente sembramos 40 mil hectáreas de las 73 mil que hay en Salta”, sostuvo. Y añadió que en Chaco ya comenzaron a producir cerca de 4 mil hectáreas. “Hacemos un contrato con un precio base, el productor firma su contrato por la entrega del 100% de la producción de su campo, pero no se lo compromete en toneladas. Cuando llega la cosecha, el productor se asegura un precio mínimo. El objetivo de este programa es poder mejorar la calidad de los aceites de las variedades de cártamo, tanto el oleico como el linoleico. Los productores compraban las semillas sin identificación de origen, y eso repercutía en la mercancía final cuando llegaban al recibidor de granos y se producía la mezcla del producto. Cuando se mezcla, no sirve el aceite”, remarcó Calderoni.

El gerente de CV y Asociados relató que el aceite linoleico se exporta a Europa, donde se usa para los comestibles, y el aceite oleico lo venden a las industrias nacionales. “Nosotros compramos los granos, una parte de ese grano se exporta y otra parte se hace aceite en Bunge, pero no le vendemos nada, sólo le pagamos para que nos muelan los granos”, dijo.

Con respecto a la variedad de semilla que utilizan, Calderoni describió que utilizan la 518 para los oleicos, y ahora cambiaron la 555 por la 719 en los linoleicos. “La genética de las semillas la realizan las empresas de Siedteg y Caloil, de California”, afirmó.

Calderoni especificó que “la semilla vieja tiene menor vigor germinativo, lo que da como resultado lotes heterogéneos, porque está en condiciones de estrés, y eso produce un crecimiento de las malezas, un lote sucio al final y un problema muy grande a la cosecha por la cantidad de cuerpos extraños que se presentan en la mercadería, además que los rendimientos en materia grasa se reducen año a año por la pérdida de identidad en la semilla”.

Y agregó que, si el lote queda sucio, los costos de producción aumentarán considerablemente. Por último, Calderoni detalló que “el cártamo es un cultivo de fácil manejo y accesible para los productores que quieran incorporarlo en su rotación, ya que tener el campo vacío es una lástima”.

Fuente: INFOCAMPO













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