Cooperativas y Mutuales propician combate al hambre y, propulsan una economía solidaria sostenible

En mi anterior columna: “ El cooperativismo comprometido con los programas para erradicar el hambre :” https://www.pregonagropecuario.com/cat.php?txt=13910 me refería a las responsabilidades asumidas por el movimiento a nivel internacional. Prosiguiendo con la temática, en la presente me circunscribiré a la problemática en el ámbito nacional.

Habida cuenta de la situación económica que atraviesa el país y, la Emergencia Alimentaria Nacional, aprobada por el Congreso Nacional la Ley 27.519, La que establece en su artículo 2° “ Concierne al Estado nacional garantizar en forma permanente y de manera prioritaria el derecho a la alimentación y la seguridad alimentaria y nutricional de la población de la República Argentina” . Las confederaciones cooperativas: Cooperar, Coninagro, CAM, Conam, Conarcoop, CNCT, Conaice y Adira (Asociación de Aseguradoras del Interior); las que representan a 11.500 cooperativas y mutuales, que prestan servicios a más de 28 millones de habitantes, generando más de 300 mil puestos de trabajo, elevaron al presidente electo, Alberto Fernández, un documento titulado: “De la urgencia frente al hambre a la construcción solidaria de economía sostenible” , acompañado de la correspondiente solicitud de audiencia.

Entre sus considerandos el dossier señala: “La movilización social contra el hambre es un llamado de emergencia pero también debe servir para un replanteo profundo sobre las formas en que los argentinos y argentinas producimos, distribuimos y consumimos los alimentos.” Definición substancial que manifiesta que las soluciones van mucho más allá de lo coyuntural. Desde lo conceptual expresan: “La persistencia y crecimiento del número de familias que sufren hambre en Argentina constituyen una inmoralidad inaceptable en un país que cuenta con recursos suficientes como para alimentar varias veces su población”.

Importa destacar que las máximas jerarquías institucionales del cooperativismo nacional, fiel al espíritu solidario propio del movimiento, han coincidido en torno a un propósito de esencial relevancia. Mediante este proceder, el sector de la economía solidaria asume un rol preponderante como partícipe de un acuerdo social en materia de derecho a la alimentación.

En otra parte del documento puntualizan: “El movimiento cooperativo y mutual puede ayudar a transformar este esfuerzo urgente en un fortalecimiento de la economía social y solidaria en todas las cadenas de producción y distribución, atendiendo a objetivos estratégicos como impedir las prácticas oligopólicas de los actores de la economía concentrada, promover el trabajo decente y la industrialización de la ruralidad, movilizar los recursos locales, defender el ambiente y lograr todo esto desde una práctica democrática y solidaria”

Entiendo que lo expresado en el instrumento no admite objeciones, constituyendo un aporte valioso a lo que se presume como una inminente convocatoria a un acuerdo social. No obstante, para concretar los objetivos postulados deben amalgamarse una serie de coincidencias sectoriales, imbuidas por un sentido de grandeza de todos los actores en la mesa de concertación. Desde el Estado compete la responsabilidad de establecer las normativas pertinentes.

Debemos ser conscientes que existen intereses poderosos renuentes a resignar beneficios otorgados por su posición dominante, especialmente cadenas de supermercados asociadas a la industria alimenticia concentrada. Este condicionante contrarrestarlo en el corto plazo no es tarea sencilla y, aun cuando transitoriamente puedan mostrar un “gesto de colaboración”, lo importante es crear las condiciones para equilibrar tamaña supremacía. Al respecto recomiendo la lectura de: “ El cooperativismo esta potencialmente capacitado para aportar los frenos y contrapesos que la economía requiere” https://www.pregonagropecuario.com/cat.php?txt=9848

Los ejemplos allí vertidos evidencian que las cooperativas, mediante su experiencia en la defensa del productor, del consumidor y del trabajador pueden contribuir en la democratización del sistema agroalimentario, requerimiento substancial para alcanzar la seguridad alimentaria.

Otro aspecto importante para destacar es que en nuestro país el cooperativismo tiene un potencial extraordinario para crecer en materia de valor agregado agroalimentario; a los efectos de no ser reiterativo ni demasiado extenso, sugiero consultar: “España expresa un elevado peso específico del cooperativismo agroalimentario. Y ¿Argentina?” https://www.pregonagropecuario.com/cat.php?txt=12567